Hoy en día, en occidente, el divorcio es totalmente legal y normal, con todas las facilidades posibles y con todos los cuidados y leyes para que nadie salga perjudicado, sobre todo los niños. Está todo muy medido y estudiado, mensualidades, pagas, división de propiedades, y sobre todo los tiempos y custodias de los hijos.
En los países occidentales, Europa y América del Norte sobre todo, el divorcio es absolutamente legal y viable. En 1.900, ya estaba permitido en muchos países europeos y desde entonces se ha visto multiplicado por más de 10 veces la cantidad de separaciones legales.
Es impresionante los números actuales de divorcios o separaciones en estos países. En Inglaterra uno de cada tres matrimonios se divorcian. En Francia, que parecen algo más conservadores, o les sale más caro los trámites de separación, que suele ocurrir, son uno de cada cuatro matrimonios los que se divorcian . En América, en Estados Unidos, ni más ni menos uno de cada dos matrimonios, eso quiere decir que el cincuenta por ciento de la gente que se casa no terminas juntos sus vidas.
Con lo que surge la presencia con fuerza del niño hijo de padres divorciados ya a finales de los ochenta, se vio incrementado este porcentaje de forma alarmante.
En España se aprobó la ley de divorcio en el año 1980, se produjo una ola de divorcios en los dos siguientes años, pero en realidad en la actualidad, por cada 7 matrimonios españoles, se produce una separación legal o divorcio (para eso están los abogados especialistas en Derecho de Familia)
Para nuestra sociedad el divorcio es algo negativo, algo que no hace bien, sobre todo a los hijos. Pero también es cierto que en muchos casos es la mejor solución ante problemas en el seno familiar, esos infiernos que en muchos casos es mucho mejor cortarlos y empezar de nuevo, esto ya es parte de nuestras vidas como algo usual y próspero.
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