Ruiz Mateos se reinventa a sí mismo

La historia de José María Ruiz Mateos es la historia de un hombre hecho a sí mismo al que la vida no le ha regalado nada. Su esfuerzo y su trabajo ha recibido recompensas y castigos casi en la misma proporción. El empresario de 78 años se sigue despertando a las seis de la mañana para comenzar su jornada laboral. No piensa en la jubilación. Quizá se retira el día que se sienta mayor, aunque aún falta mucho para eso.

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martes, 2 junio, 2009
empresa

Ruiz Mateos ha dedicado su vida a los negocios, fundamentalmente a los relacionados con el mundo de la industria alimentaria. Comenzó a dar sus primeros pasos con una empresa dedicada a la exportación de vino que terminó en todo un imperio, que bajo en nombre de Rumasa tenía a más de 65.000 personas empleadas en un total de unas 700 empresas.

El propio empresario andaluz explica con orgullo en sus ojos  sus inicios en una entrevista: “Mi padre criaba vino y se lo vendía a los exportadores, no lo exportaba él directamente. Y el beneficio se obtenía con la exportación. Cuando me incorporé a la empresa le propuse que exportáramos nosotros directamente. Me dejó hacer. Yo entonces no tenía experiencia de exportar, no sabía quién era nuestro cliente, ni los tipos de vinos, ni la técnica, ni la forma, ni nada de nada. Así que escribí a las embajadas españolas situadas en los países consumidores de vinos de Jerez para que me mandaran las listas de importadores de cada nación. Entonces yo, con una máquina de escribir, con un inglés macarrónico, sin gramática, con un diccionario y palabra a palabra, escribía cartas y más cartas... Normalmente, los importadores contestaban dando las gracias pero diciendo que estaban contentos con sus actuales proveedores. Otros pedían una prueba, una muestra, un envío... Y yo les contestaba a todos.”

Sin embargo, el 23 de febrero de 1983 Rumasa fue expropiada por el gobierno socialista, que tenía a Miguel Boyer como ministro de Economía. Un duro revés que le llevó a la cárcel y del que se fue recuperando poco a poco, con el sudor y el sacrificio en el que siempre creyó. Y lo está volviendo a conseguir. A día de hoy, Nueva Rumasa vuelve a presentarse como una de las empresas con mayor proyección nacional. Una empresa que no se marca límites.

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