De esta forma, el Estado ahorraba, pero los contribuyentes, que habían adquirido una vivienda en 2011, veían desgravarse la misma, y resultaron perjudicados.


La medida consiguió que los que querían y podían adquirir una casa, beneficiándose de los efectos fiscales de esta compra, lo hicieran antes del 31 de diciembre de 2010. Sin embargo, hacía que los que lo hubieran hecho en 2011 fuesen los grandes perjudicados.
Esta medida planteaba un panorama poco alentador de cara a poder impulsar la compra de vivienda, ya que la dificultad de adquirir financiación, unida a la falta de beneficios fiscales, paraban más, si cabe, el mercado inmobiliario.
El nuevo Gobierno aprobó a través del Real Decreto Ley de Medidas Urgentes de Orden Económico y Social, que esta medida quedase sin efecto. Por lo tanto, la desgravación se mantiene y, además, se aplicará con efecto retroactivo. Esto implica que aquellos que compraron su vivienda habitual durante el año 2011 podrán beneficiarse fiscalmente de estas desgravaciones en la próxima renta.
La medida consistente en aplicar con efecto retroactivo esta norma tiene bastante sentido, ya que si no fuese así, los compradores durante el 2011 serían los grandes y únicos perjudicados por el momento. Esto es poco recomendable dentro de un sistema jurídico que apuesta por la igualdad de trato.
Por eso, todos tendrán el mismo derecho a las deducciones, por la compra de vivienda habitual, en la próxima declaración de la renta, en junio de 2012.
Aunque aplaudimos estas iniciativas, los recortes que se siguen produciendo y, sobre todo, la poca disponibilidad de los bancos a la hora de conceder préstamos hipotecarios, hacen necesario un mayor impulso y apoyo a las familias.
Fuente Imagen Flickr.