Todo sobre los contratos leoninos
Un ejemplo sería un contrato de sociedad en el que pacta que todas las ganancias fueran para uno o alguno de los socios y las pérdidas para el resto. También son comunes entre particulares, como por ejemplo, al alquilar un inmueble, donde se planteen cláusulas abusivas para con el alquilado. Con estos
contratos las personas que los firman se meten de lleno en una situación de indefensión total, ya que a la otra parte no se les obliga a pagar ni resarcir por daños y prejuicios. Es claramente una estafa en toda regla en la que muchas veces la víctima no puede luchar.
Iniciar una lucha legal puede ser tanto una buena opción como una mala, diversos factores pueden determinar si es mejor dejarlo estar o bien exigir una compensación ya que podría ser un gasto excesivo enfrentarnos en los tribunales. Eso sí, si nos decidimos a hacerlo debemos buscar un
buen asesoramiento, un abogado que nos indique que pasos llevar y qué posibilidades podemos tener. Lo mejor que podemos hacer es intentar
evitar este tipo de contratos. En ocasiones no leemos lo que comúnmente llamamos “la letra pequeña” de los contratos y es lo que, a fin de cuentas, tenemos que hacer. Comprobar cada cláusula y, en el caso de que sospechemos que alguna parte es abusiva, consultar con un abogado. Ya se dice que “las prisas no son buenas consejeras” y a la hora de firmar contratos no hay refrán más verdadero. Nunca debemos firmar nada con prisa, tenemos que estudiarlo y asegurarnos de que no nos toman el pelo. ¿Qué os parece esta información sobre lo
que es un contrato leonino? Imágenes de El País.
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