En términos legales, una amnistía es el perdón de un hecho delictivo que se ha cometido por alguien. Se puede conceder en un caso concreto o de una manera general.


Con la amnistía fiscal, el Gobierno pretende que se regule una situación tributaria con la intención de que las arcas del Estado perciban unos ingresos que hasta la fecha no se estaban dando. Con la amnistía fiscal. no se está perdonando lo conocido como dinero negro. Las personas que tengan dinero negro se enfrentan a graves sanciones fiscales . Lo que se pretende con esta amnistía, por tanto, es que se regularicen ciertas situaciones tributarias y que se declaren todos los bienes inmuebles y derechos.
En este caso, se deberá pagar por esta regularización entre un 8% para las empresas y un 10% para las personas, pero las personas o empresas que hagan esta regularización no se enfrentarán a ninguna multa ni sanción adicional, tampoco tendrán que abonar recargos ni intereses de demora.
Para declarar estos bienes inmuebles o derechos y ponerse al día, se deberá presentar una declaración de IRPF especial antes del 30 de noviembre de 2012. Una vez finalizado este plazo no se podrá optar a esta amnistía, ya que no se trata de una medida para siempre, solo se trata de una solución especial para que se ingrese más dinero por el impuesto de la Renta. En el caso de que ya se haya iniciado una inspección de Hacienda por parte de la Agencia Tributaria, la empresa o persona objeto de la inspección no podrá acogerse a esta medida y deberá esperar al resultado de la inspección y pagar la sanción que corresponda en su caso.