La Policía Judicial se encarga de hacer averiguaciones sobre los delitos y los descubrimientos de delincuentes. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en concreto la Policía Nacional y la Guardia Civil, tienen dentro de sus estructuras unidades de policía judicial. Lo mismo ocurre con las policías autonómicas que tienen esta competencia transferida y, en algunos casos, con la Policía Local.


Los miembros de la Policía Judicial son funcionarios públicos que poseen el carácter de agentes de la autoridad, este es un punto indispensable. Debemos tener en cuenta que en el ejercicio de sus funciones responden a sus superiores y al ordenamiento jurídico en todo caso.
La diferencia entre los que están en exclusiva adscritos a los Jueces y Tribunales es que su función se desarrolla propiamente en los Juzgados, a diferencia de los otros que trabajan en las Comisarías y su función es colaborar en la persecución e investigación de los hechos delictivos.
La Comisaría General de la Policía Judicial se encarga de investigar los delitos económicos, financieros, tecnológicos y monetarios. También se encarga de investigar los delitos de delincuencia organizada, tráfico de drogas y juegos de azar. La Policía Judicial es también responsable de colaborar con las diferentes policías extranjeras en los delitos en que se hace necesaria la intervención de varios países.
En definitiva, su papel es esclarecer algunos hechos de procesos judiciales, recabar y custodiar las pruebas, así como hacer un seguimiento de las personas que cometen los hechos y asegurar su detención y su personación en el juicio.