

En la actualidad, la figura tradicional del au pair está regulada por ley, y se especifica que los países que prestan este servicio deben ser de la Unión Europea y la edad de los trabajadores debe oscilar entre los 17 y los 30 años. Además, el tipo de trabajo y de estancia debe permitirle perfeccionar su experiencia profesionar o sus conocimientos lingüísticos.
Este tipo de relación debe estar recogida en un contrato, un acuerdo escrito en el que ambas partes reconozcan los derechos y obligaciones que les van a vincular durante un año, prorrogable hasta dos.
No se trata de un trabajo para ganar dinero ya que no es esta la finalidad del au pair, por lo que debe tener garantizado el tiempo de estudio y, al menos, un día libre a la semana. La compensación económica que recibirá no puede ser muy grande, ya que hay que incluir entre los gastos que tiene la familia de acogida el alojamiento, la manutención y el seguro médico privado, por lo que se tratará de una pequeña paga que ayude al au pair con sus gastos mínimos.