Esta solución puede ser buena si estamos ante una pequeña crisis que pretendemos resolver. Pero si realmente lo nuestro no va a solucionarse debemos plantearnos de inmediato formalizar legalmente la separación.


Si no realizamos los trámites legales podremos encontrarnos con muchos problemas. Uno de los más comunes es ¿dónde se quedan lo hijos?, si los hay, y ¿qué ocurre con su manutención?. Si el padre o la madre se quedan en la casa con los hijos, el otro cónyuge no tiene obligación de pagar ninguna manutención, y si lo hace, esta última será voluntaria, por lo que no tendremos ningún derecho a reclamarla hasta que no se produzca la separación legal.
En relación con las pensiones de alimentos, se podría dar el caso de que el padre o la madre que no se quede con los hijos pague una cantidad regularmente mucho mayor de la que establecería un Juez. En ese caso, hemos de tener en cuenta que si en el futuro nos separamos legalmente, dicha pensión se tendrá en cuenta por el Juez y es posible que la mantenga por ese importe de modo obligatorio.
Otra cosa a tener en cuenta si estamos separados es el Régimen económico de bienes gananciales, es que cualquier variación en el patrimonio, ya sea un aumento o una reducción se sufrirá por los dos. Eso implica que en el momento en que nos vayamos a separar legalmente se distribuirá el patrimonio que haya en el momento.
Imaginemos que estamos separados pero no legalmente y, por ejemplo, a uno de los dos le toca la lotería o hereda dinero por el fallecimiento de un familiar. O, en el peor de los casos, supongamos que la empresa de uno quiebra y debe usar el patrimonio común para pagar deudas.
Por eso, siempre es aconsejable, ante posibles problemas, que asumamos que la separación debe hacerse de una manera legal que establezca los derechos y obligaciones de cada cónyuge.
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