La intención de esta ley era permitir a las empresas de nuestro país contratar personal cualificado de otros lugares ahorrándose una parte importante de su sueldo, que correría por cuenta del Estado. Su espíritu era el de atraer grandes científicos a las empresas españolas, algo que aprovecharon los clubes de fútbol para comprar “grandes” futbolistas.
El artículo 93 de la ley 35/2006 de 28 de noviembre permite a los trabajadores extranjeros tributar a un tipo inferior al que lo hacen los nacionales.
Requisitos:
El Gobierno español modificó esta normativa (Ley de Presupuestos Generales del Estado 2010) y ahora todos los contratos firmados a partir del 1 de enero de 2010, y que supongan más de 600.000 euros anuales tributarán el 43% del sueldo. En caso de no alcanzar esa cifra, el tipo aplicado seguirá siendo del 24%.
Esta reforma de ley no tiene carácter retroactivo y los acuerdos rubricados antes de que finalizara el año 2009 no se verán afectados por el cambio impositivo, al menos durante los próximos 5 años.
Esta reforma causó un gran revuelo, sobre todo en el mundo del fútbol, por lo que resulta interesante comparar nuestra situación con la de otros países europeos de gran tradición futbolística:
Alemania. El país donde más pagan los jugadores de fútbol. Los deportistas extranjeros tributan lo mismo que el resto de alemanes, un 45%.
Inglaterra. La ley aplica el 50%. La ventaja que tiene es que los días que el jugador trabaje fuera del país no tributan.
Francia. En el país vecino tributan un 40% aunque están exentos de ciertos pagos.
Italia. Al igual que Alemania, las rentas tributan sin excepción alguna aunque aquí sea por un 43%.
Grecia. Los jugadores tributan muy poco en algunos casos sólo el 20%.
Holanda. Los jugadores tienen el 30% de su salario exento durante los primeros 10 años.
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