
Si quieren ayudar con prestaciones sociales a las personas que se han quedado sin ningún tipo de ingreso por culpa de haber perdido su puesto de trabajo, tienen que conseguir la liquidez de alguna forma.
El debate es arduo y complicada. La oposición hace su papel y critica el nivel de endeudamiento del que serán víctimas involuntarios los presupuestos generales del estado de los próximos años. El Gobierno, por su parte, destaca que no se puede dejar tirados a los miles de personas que no saben cómo llegar a final de mes.
José Blanco, ministro de Fomento, ha dado indicios de cómo espera resolver la situación contable:“Si es necesario elevar determinados tipos impositivos de las personas que tienen más renta para garantizar políticas sociales o inversiones públicas habrá que hacerlo. Es imposible hacer todo bajando impuestos y recortando gasto público Soy partidario de ayudar a los que más lo necesitan, y si para ello los que tienen más recursos tienen que apretarse el cinturón, habrá que decirlo con claridad a la sociedad", insistió”. Es decir, que los que más ganan, los más ricos, van a ser los que tengan la responsabilidad de compensar las cuentas con una subida de su IRPF.
Blanco también tuvo tiempo para criticar la actitud del Partido Popular mostrada ante la aprobación de los 420 euros para los parados sin ingresos: “He oído mucha demagogia durante las últimas 24 horas, he escuchado una opinión muy sensata y razonada de los sindicatos que apuestan por buscar una solución que permita ampliar esta ayuda en el marco del diálogo social, pero mucha demagogia por parte de los que dicen cosas muy sorprendentes, los mismos que dicen que hay que bajar impuestos y reducir gastos”.
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