

No todos los bienes tienen el mismo tipo de gravamen, depende sobre todo de su utilidad. Todo el mundo sabe que se deben pagar impuestos. Es la forma en la que funcionan la mayoría de los países. Incluso en la edad medieval se pagaba un impuesto a los nobles, por lo que esta tradición lleva entre nosotros mucho tiempo. Los gravámenes son básicamente los impuestos que pagamos, ya sea por adquirir un bien o utilizar un servicio. En este artículo repasamos los conceptos principales sobre los gravámenes y todo lo que debes conocer respecto a ellos.
¿Qué tipos de gravamen hay y cuándo debo pagarlos?
En pocas palabras, el precio de un producto se divide en dos, la base imponible y la base liquidable. El primer elemento, la base imponible, es el precio sobre el cual se calculan los impuestos. Es un concepto que se puede leer en algunas facturas o en la nómina. Por otra parte está la base liquidable, que es el resultado de aplicar algunas reducciones por ejemplo, por ser discapacitado u otro tipo de tributación conjunta. Son conceptos legales que es muy importante conocer, ya que nos pueden ayudar para evitar sorpresas en el futuro.
Muchas veces, la información económica puede parecer complicada y acabamos recurriendo al gestor, sin embargo, tener conocimientos de materia económica es importante para evitar que nos engañen. Los impuestos se aplican a la hora de adquirir un producto o un servicio, sin importar del tipo que sea, un coche, una cena, o incluso una casa. Lo importante es saber qué tipos de impuestos existen y cuáles se aplican a nuestra situación fiscal.
Impuestos directos e indirectos, conoce la diferencia
Dependiendo a dónde se aplica el gravamen, se diferencian básicamente dos tipos, los impuestos directos e indirectos. El primer tipo se aplica a una persona física o jurídica. Algunos de los más conocidos son el IRPF, o Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Este impuesto se aplica sobre el total de la renta, por lo que si ganas más, el impuesto será mayor, y viceversa, es lo que se denomina un impuesto progresivo. Por otra parte está el impuesto de sociedades que se aplica sobre el beneficio de las empresas. También se trata de un impuesto proporcional aunque hay condiciones especiales para cooperativas y emprendedores.
Por último, los impuestos indirectos se aplican sobre las compras, ventas y servicios y un ejemplo es el IVA que en España es del 21% para la mayoría de productos excepto los de primera necesidad. Cabe comentar que las obras artísticas y sujetas a derecho de autor están exentas de pagar este impuesto.