

El vencimiento medio de los activos que componen estos fondos monetarios de renta fija es mayor que el de los fondos monetarios (vencimiento inferior a 18 meses), situándose entre 1 y 30 años. Si el vencimiento está muy lejano, menos información tendremos sobre la evolución de los tipos de interés, por lo que el precio de dichos activos estará sujeto a posibles cambios.
Los fondos monetarios de renta fija son más apropiados para aquellos inversores que quieren disfrutar de una mayor rentabilidad que la de un fondo monetario y que no les importa correr el riesgo de sufrir pérdidas.
Existen muchos tipos de renta fija, con distintos niveles de riesgo: renta fija a corto plazo, largo plazo, renta fija de países emergentes,...
Un fondo monetario de renta fija es un instrumento de ahorro que reúne a un gran número de personas que desean invertir sus ahorros. El dinero común de estos inversores, es puesto en manos de una sociedad gestora y esta es la encarga de invertirlo, a cambio de unas comisiones, en activos que pueden ser: acciones, títulos de renta fija, activos monetarios, derivados...
La rentabilidad de los fondos de renta fija depende de la evolución de los tipos de interés y del vencimiento medio de los títulos que componen la cartera del fondo. Si suben los tipos de interés, disminuye la rentabilidad del fondo y cuando los tipos de interés bajan, el fondo aumenta su rentabilidad. Esto quiere decir que un fondo monetario de renta fija, puede llegar a tener rentabilidad negativa.
Otro aspecto interesante a tener en cuenta dentro de los fondos de renta fija son los gastos de gestión y administrativos, que pueden reducir nuestra inversión en un 1% y es el inversor quien asume las posibles ganancias como ingresos, de cara a su declaración de la renta.