

Por un lado, los buscadores como Google, MSN o Yahoo, cumplen con todas las reglas de protección de datos, según la comisión europea. A su vez, Google dice que la dirección IP localiza un PC, y no a un usuario.
La polémica se mueve por internet, pero, en realidad, para una gran mayoría de internautas, la dirección IP es un ordenador, un PC que en muchos casos no es más que un rooter o conexión, un puerto abierto como sucede en una empresa, oficina o cualquier entidad que utilice internet.
Hay varios ejemplos, como el caso de un cyber, un locutorio en el que todos los PCs se conectan por la misma salida, son infinidad de conexiones, datos, y búsquedas que salen a la red por el mismo canal, pero lo que queda registrado es un solo IP.
Sin ir más lejos, comentarios en Blogs dejan bien claro situaciones de familias que tienen una conexión, son 7 en la casa, 5 utilizan la línea, más amigos de los chicos, estudian y se relacionan por internet, y todo sale de igual manera por la misma línea.
Dentro de lo que es legal o ilegal, en realidad lo que al final vale, es el nombre del propietario de la línea telefónica, la persona que dio de alta la conexión y la puso a su nombre, ya sea para uso personal o profesional. Lo que se identifica es un número de teléfono y no a una persona.


Todo viene al caso por la intimidad y protección de datos. Por el miedo a que entidades de servicios, tiendas o cualquier tipo de organización, pueda conocer datos, costumbres y preferencias a la hora de elegir y de reaccionar, es decir al acoso a la intimidad.
Pero todo es una dicotomía, millones de personas entran en las redes sociales cada minuto, para dar sus datos, sus fotos y sus vidas y costumbres, pero luego viene el frenazo cuando vemos que podemos caer en las garras del consumo.
¿Y dónde queda realmente el futuro? ¿A qué distancia? Ya nada está en el futuro, todo se realiza y se convierte en realidad , en presente simplemente pulsando un botón, un click y zas…se hace realidad. Realmente da miedo pensar en dónde nos movemos y quién puede tener acceso a nuestros datos.
Fuente Imágenes ThinkStock.