En un divorcio, los mayores afectados son los hijos. Para evitar que estos sufran en demasía y que estos puedan vivir el proceso de divorcio de una forma mucho más liviana, vamos a ofrecerte algunos consejos que te puedan ayudar en esos momentos.
A pesar de que resulte complicado, por el bien de los hijos, lo más importante es poder mantener la cordialidad entre la pareja. Esta cordialidad es necesaria y se puede conseguir mediante el reparto de rutinas o siguiendo llevando a cabo los planes establecidos, como por ejemplo la llevada y recogida del niño al colegio. Un cambio brusco en la familia puede resultar mucho más traumático y ni que decir tiene si hay problemas judiciales de por medio.
Si las circunstancias lo permiten y las relaciones no son totalmente irrecuperables, es aconsejable tomarse un período de reflexión,incluso podrías acudir a terapia de pareja si a pesar de todo persiste la situación, es preferible en primer lugar abordar un proceso de separación pues al no romperse totalmente el vínculo matrimonial, el proceso se puede revertir y quedar sin efecto, cosa que no es posible en un divorcio.
Para evitar en la medida de lo posible problemas a los hijos, lo más aconsejable es recurrir a un proceso de divorcio de mutuo acuerdo. Para ello podéis acudir a los servicios de un mediador profesional, el cual ayudará a mantener un diálogo fluido en la pareja y ayudará a poner los intereses de los niños por encima de todo.
Si finalmente no hay marcha atrás y llegamos al divorcio, la custodia compartida es la custodia más recomendada tanto por abogados especialistas en temas de derecho de familia como por muchos psicólogos. Gracias a esta custodia, ambos progenitores estarán al cuidado de sus hijos y, por lo tanto, resulta mucho más sencillo el llevar a cabo puntos como los del apartado anterior.
Además, a través de la custodia compartida, se eliminan términos como la pensión alimenticia ya que el cuidado de los niños, corre a cargo de los dos, eliminando por completo, uno de los problemas más drásticos del divorcio.
Llegados al punto del divorcio, lo mejor es dejar a los menores al margen. Esto quiere decir que hay que tratar de alejarlos de los tribunales y por supuesto, evitar utilizarlos como arma contra la ex pareja.
Con todo esto, ahorraremos pasar un mal trago a nuestro hijo y por lo tanto, hacer que el proceso del divorcio sea mucho más llevadero de por sí, tanto para ellos, como para nosotros.
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