Lo primero que debemos tener muy claro es que los premios de las loterías y apuestas organizadas por Loterías y Apuestas del Estado (LAE) están exentos del pago de impuestos, tal y como se señala en el apartado ‘ñ' del artículo 7 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del IRPF.


Corre el rumor de que estos premios sólo están exentos de impuestos sólo durante el primer año, algo que es totalmente falso. Los premios de un sorteo de LAE están siempre libres de impuestos.
Sólo si inviertes tus ganancias tendrás que pagar impuestos, pero sólo lo harás por sus beneficios. Si, por ejemplo, inviertes el dinero ganado en un banco y, al cabo de un año, recibes el 4% de todo lo ingresado, deberás declarar a Hacienda ese 4%, que se tributaría de acuerdo a la Ley en vigor en ese momento.
¿Cómo puedes hacer saber que el importe de un premio proviene del sorteo de la Lotería de Navidad o del niño? ¿Y si este es compartido?
Loterías y Apuestas del Estado tiene previstos mecanismos para que constes como beneficiario de su premio; de esta manera la Agencia Tributaria (AEAT) conoce la procedencia de dicho capital y no aplica ninguna tributación. También para el caso de los que comparten décimos premiados y quieren que conste el nombre de varios ganadores de cara a la exención fiscal.
¿Qué sucede si vendes tu décimo premiado a otra persona a cambio de más dinero del que has ganado?
Una práctica que cada vez se da con más frecuencia para facilitar el blanqueo de dinero. En este caso se está contribuyendo a un delito (blanqueo de capitales), por lo que la persona que vende su décimo o boleto premiado por un importe superior está siendo cómplice de un delito de fraude contra la Hacienda Pública. La Agencia Tributaria debe saber en todo momento de dónde procede el dinero para aplicarle los impuestos correspondientes.
Si es un premio de Loterías y Apuestas del Estado, estará exento de impuestos. Pero aquel que vende su décimo o boleto premiado no podrá demostrar esta procedencia, por lo que deberá abonar los tributos correspondientes aplicados a los rendimientos de capital. Impuestos y sanciones que superan con creces en muchos casos al importe del premio.
Fuente: ABC