Pérez Rubalcaba ha apuntado que la respuesta de los países desarrollados ha sido la “proliferación de acuerdos tratando de hacer frente común a un problema común”, acuerdos que “deben ser perfeccionados en los próximos años para prevenir delitos” como el cybercrimen, terrorismo o delincuencia organizada. De este modo señala que “nos jugamos mucho con el equilibrio entre seguridad y privacidad” y que se está ahora revisando esa “difícil ecuación”.
La secretaria del Departamento de Seguridad Interior de EE.UU, Janet Napolitano, ha lanzando un mensaje centrado en la necesidad de “transparencia y cooperación entre Estados”. Así, igualmente ha señalado que “una de las mejores lecciones del 11-S fue la importancia de compartir información entre Estados” en la lucha contra el terrorismo y la garantía de seguridad, habiéndose convertido el data sharing en una de las mejores herramientas para la prevención del crimen.
Juan Fernando López Aguilar, en calidad de presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo, destacó en el mismo foro que el Tratado de Lisboa incorpora como normativa vinculante la Carta Europea de Derechos Fundamentales, que protege la privacidad de los ciudadanos, lo que supone un refuerzo de las garantías.
Artemi Rallo, el director de la Agencia Española de Protección de Datos (Agpd), por su parte ha destacado que “estamos ante un momento histórico en el que se abren nuevas ventanas a la relación entre seguridad y privacidad”.