Vivir en una gran capital no es tan sencillo como parece, sin molestar o ser agredido simplemente en una terraza. Es una eterna discusión saber si es legal beber o fumar en las calles de una ciudad.


Beber en plena calle de Madrid está prohibido, pero en cierta forma, si te pilla la policía una noche con un grupo de amigos bebiendo en un parque, lo más seguro es que os pongan sendas multas, y, posiblemente, alguno de los que estén bebiendo sólo refresco, caigan también en la pequeña redada.
Fumar se puede en las calles de la ciudad, pero ya empieza a ser problemático en las mismas terrazas porque hay gente que sí le molesta el humo y no pueden hacer nada.


Pero lo curioso es que se pusieron de moda estos barriles, que ahora llevan un gran logo, colocados de forma estratégica en la puerta del establecimiento. Hay que sobrevivir, asi que un barril vacío aprovechando para hacer publicidad de la marca que ya no se puede anunciar en la tele, y que ya no encuentra dónde insertar un anuncio o un spot, es el nuevo soporte para el marketing urbano.
Pero esta solución simplemente es para que los fumadores puedan dar sus caladas en la puerta del bar. Pero todo trae cola, porque antes, en invierno, el ruido y el olor a tabaco quedaba dentro del bar, pero ahora, fuera del bar están más de la mitad de los clientes del bar, hablando después de la una de la madrugada, fumando, riendo y bebiendo.
Y ahí presuntamente no hay nada ilegal. Entonces tenemos en el primer piso, justo encima del bar, una ventana de una persona mayor que no puede dormir y le molesta el olor del humo, las voces y los ruidos.
En realidad, no sabemos dónde empieza y termina los derechos de cada uno, las libertades y las leyes, desde fuera es todo bastante confuso.